2 may 2020

JESUCRISTO, el mismo ayer, hoy y siempre

PALABRA

JESUCRISTO, el mismo ayer, hoy y siempre  


Ali Winters


19 DE ABRIL DE 2020

Si alguna vez lees o escuchas algo de alguien que va en contra de la Palabra de Dios, ignora esa palabra y párate en La Palabra de Dios. Porque yo, el SEÑOR, no cambio. JESUCRISTO, el mismo ayer, hoy y siempre.
No debemos ser como ovejas; tenemos un pastor, un buen pastor. No te conformes con este mundo, sino sé transformado por la renovación de tu mente, para que al probar puedas discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es bueno, aceptable y perfecto. Él nos ha dado Su Palabra y Su Espíritu para guiarnos en la forma en que Él nos quiere hacer. No debemos escuchar a aquellos cuyas voces contradicen su verdad, independientemente de quién habla, qué tan alto es el mensaje, cómo nos hace cosquillas en los oídos o nos tira del corazón. Si va en contra de la Palabra ... Pero, ¿cómo vamos a saber si va en contra de la Palabra? podemos estar seguros? Estudie para mostrarse demostrado a Dios, un trabajador que no debe avergonzarse, dividiendo correctamente la Palabra de Dios. ¿Cómo puede un hombre joven (mujer, adolescente, jubilado ... el joven, el viejo) ¿Cómo pueden mantenerse puros? Al protegerlo de acuerdo con la Palabra. Sea cauteloso mientras navega por las aguas turbulentas de naciones cada vez más sumidas en engaños, discordias, divisiones, mentiras y locuras. Esté atento en la oración con respecto a las palabras pronunciadas por el vigilante, profeta, sacerdote, papa, predicador político o presidente. Aprende a apoyarte en El Maestro, aprende a aferrarte a Jehová Elohim. En los próximos días necesitaremos mucho discernimiento, sabiduría piadosa, conocimiento, fortaleza y la Verdad de Dios para ser nuestra Guía.
La ley del Señor es perfecta, revive el alma; el testimonio del Señor es seguro, haciendo sabio al simple; los preceptos del Señor son rectos, alegrando el corazón; el mandamiento del Señor es puro, ilumina los ojos; El temor del Señor es limpio, perdurable para siempre. Las reglas del Señor son verdaderas y justas por completo. Más que desear son ellos que el oro, incluso mucho oro fino; más dulce también que la miel y las gotas del panal. Además, por ellos es advertido tu siervo; en mantenerlos hay una gran recompensa.

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