CIELO , JUICIO , VISIÓN
No es suficiente
Brian Doyle
12 DE ABRIL DE 2020 8:58 AM
24 de junio de 2018
Hace unas semanas, estaba soñando despierto con el cielo. Traté de imaginar todo lo que pude, cómo sería el cielo. Caminando por las calles de oro, pero más importante, estando en presencia del Dios Todopoderoso.
Al instante, recibí una visión, donde me llevaron al tribunal de Cristo. Me quedé sin palabras al entrar en el lugar santísimo. Más belleza de lo que mis ojos han visto, y el suelo era realmente una calle de oro.
Nuestro Padre, estaba en todas partes, El gravamen, la atmósfera. ¡Porque Él es espíritu! Luego miré a la derecha y me vi cegado por una brillante luz blanca y brillante, que me postré en el suelo. Aunque no vi Su rostro, sabía que era Jesús, mi Salvador.
He escuchado esto decir muchas veces antes, que en el Cielo, cuando queremos hacer una pregunta, tenemos la respuesta, antes de preguntarle. Como sucedió en esta visión, estando en el tribunal de Cristo, vi a muchas personas explicarle a Dios lo que habían hecho por el Hijo de Dios. Al estar en presencia de una gloria indescriptible y el amor ágape que ardía dentro de mí, me pregunto cómo estas personas podrían hablar con Dios, porque me sentía tan indigno, incluso hablar. Al instante, su espíritu me habló y dijo: "Son arrogantes y no me conocen". Con una voz atronadora, dijo: "Nunca te conocí", y fueron expulsados, y mis oídos oyeron el chirrido y el crujir de dientes cuando se fueron.
Ahora, estaba solo, y sabía que era mi turno de dar cuenta de mi vida ante mi Señor. Miré a mi alrededor, del reino celestial, estando en presencia del Dios Todopoderoso, el creador de la existencia. La belleza, mi vocabulario, no podía pronunciar. El amor, que envolvió mi ser, y estar en presencia de Aquel que, hizo que todo sucediera, gemí dentro de mi espíritu. Lo que estaba experimentando ahora, pensando en la gente, que nunca verá la gloria de lo que he presenciado hoy, conocía la temida respuesta a su pregunta. "Brian, ¿qué has hecho por mi hijo?" Y respondí, en mi quebrantamiento, "¡no es suficiente, Señor, no es suficiente!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario